sábado, 7 de febrero de 2009

Cuarto Milenio - Fuegos ameigados

El fenómeno de las combustiones espontáneas ha inquietado al ser humano desde los albores. En muchas regiones se piensa que es obra de brujas y magos cuyos encantamientos y maldiciones hacen prender el fuego de la nada. En nuestro país ha habido diferentes casos recogidos a lo largo de décadas que han desconcertado a científicos e investigadores.

El periodista Miguel Pedrero y Antonio Álvarez, vicedecano del colegio de químicos de Madrid, repasarán algunos de los casos más increíbles y buscarán una explicación a este inquietante prodigio.


Parte 1:



Parte 2:



Parte 3:

2 comentarios:

  1. Según los testimonios, los fuegos tenían un extraño color azul-verdoso lo que indica el uso de dicromato potásico (un oxidante muy fuerte que provoca combustiones espontáneas cuando se evapora el agua de la disolución).

    Se rocia paja, madera,... con una solución de dicromato o permanganato potásico durante la noche y cuando se seque el agua, la paja arde de forma espontánea.

    Detrás de este suceso no hay brujas sino una venganza orquestada o concebida por un químico o un estudiante de química.

    Como decía Arthur C. Clarke, la tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.

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  2. Resulta patético que el vicedecano de la facultad de química de Madrid no haya reparado en el detalle revelador del color del fuego.

    La espectrometría de emisión es una técnica antigua. Los colores que emiten las estrellas nos permiten conocer su composición.

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