¿Os imagináis la de cosas que se podrían guardar en un disco duro de unas dimensiones tan colosales como el de la foto? Bien es cierto que nos haría falta una central eléctrica al lado de casa para alimentarlo, pero...
Bueno, lo cierto es que en realidad poca cosa conseguiríamos almacenar en el disco duro de la imagen. Es un modelo de mediados de los años '60, probablemente fabricado por la compañía Borroughs -aunque sobre eso sigo teniendo dudas, ya que por más que he buscado por Internet no he encontrado ninguna confirmación al respecto- y que tenía una capacidad aproximada de, agarraos los machos, ¡unos 256 KB!.
Fuente: Abadia Digital
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