No queda nadie en esta estación,
tan solo las hojas al viento
y ese raíl que lleva a tu corazon.
Sentí tomar la decisión de ir en tu busca
pero aquí al borde del andén me senté,
esperando una señal del futuro
que me haga volver a aprender,
aprender a soñarte otra vez.
Pude tomar ese tren que una vez aquí hallé,
hubiera ido si una esperanza viviera en él.
Pude volver a crecer y no sentirme un niño,
hubiera ido si tu estuvieras en él.
Pude mirar al sol a través de ese cristal
de un tierno vagón que siempre escucha
los recuerdos de una pareja de enamorados,
donde ahora toca recordar,
que nuestro destino fue distinto
que no había final de trayecto
para la soledad.
Apoyado en la ventana con la mirada perdida
al recordar, algo que nos hace humanos
y nos hace reflexionar sobre aquellas personas
que no hacen mal, que solo quieren volar,
sentir y agarrar el tren y ante todo
abrazar a alguien que un día fue o será especial.
No queda nadie en esta estación
tan solo las hojas al viento
y ese raíl.. donde al fondo estás tu...
(JMO 27.02.12)
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