¿Sabíais que hay un muchacho en Eslovaquia que se disfraza de Batman y combate el crimen? Está bien, no es la primera vez que hablo de alguien así, pero… ¿os fiaríais de un tipo que cuando hay una cámara cerca parece una parodia de Joaquín Reyes en Muchachada Nui?
Bueno, el Batman eslovaco es de Dunajska Streda, a 55 kilómetros de la
capital, Bratislava, tiene 26 años y vive en un edificio abandonado que
no tiene ni luz, ni agua ni calefacción. Además, es tan majete que lo único que pide es que le den comida a cambio de sus servicios que, por cierto, aún no han sido requeridos.
Que alguien le dé un bocadillo y le quite ese arma, por favor. Al final se va a hacer daño y la tendremos.
Ahora, en Estados Unidos y Reino Unido, se han puesto de moda los
superhéroes reales. Gente como tú y como yo… bueno, igual un poco
mejores que yo, pero en líneas generales muy parecidos, que se meten en
unos trajes ridículos curiosos y patrullan las calles para buscar malhechores y cantarles las cuarenta.
Digo cantarles las cuarenta porque soy muy de jugar al tute y porque,
no seamos tontos, aunque lleven traje no tienen ningún poder. Si acaso,
el de no tener sentido del ridículo, o ser fans de The Big Bang Theory. El ejemplo son The Dark Spartan y Black Void, que son los protagonistas que comento a continuación.
Llevan meses patrullando las calles de una ciudad en Reino Unido, pero aún no han encontrado problemas que solucionar.
Hay varias lecturas, pero la que más nos interesa es la de la Policía,
que dice estar preocupada por la integridad física de nuestros héroes,
porque sospechan que como alguna vez encuentren a maleantes van a salir
escaldados.
Ambos son amantes de los cómics (sorprendidos, ¿verdad?) y decidieron
asumir su papel dentro de la Justice Union (así se hace llamar el
colectivo de superhéroes reales) después de ver la película Kick Ass.
Para que los identifiquéis en la foto, The Dark Spartan tiene 27 años, se llama Will, y es el que va vestido de espartano, obviamente, con su armadura y su casco, como si estuviera yendo a la Comic Con, pero no terminara de llegar nunca.
Black Void es el otro y constituye una mezcla de tres personajes fantásticos: el primero, Spiderman, de quien toma la máscara; el segundo, Daredevil, de quien toma su arma (el bastón); y el tercero y más real… el gordo de la tienda de cómics de Los Simpsons, de quien toma su empleo en la vida real. Sí, también era previsible.
La historia se llena de surrealismo cuando os digo que se conocieron a través de Facebook
cuando buscaban aliados para combatir el mal, o que la esposa de uno de
ellos dice que, cuando su marido le dijo que iba a patrullar las
calles, “no se sorprendió” porque… “no te voy a engañar, otras veces me
ha dicho cosas peores”.
Ahora van a participar en un documental que recoge las experiencias
de superhéroes reales. Y sí, preocupan a la Policía, de modo que es
probable que antes de detener a un delincuente el maleante les dé en el lomo fuerte y flojo,
pero no los subestimemos… Lo mismo son capaces de tomar la Puerta del
Sol ellos solos y todo esto es una pose y son el lobo vestido de
cordero… aunque bueno, en este caso sería más bien el friki vestido de
superhéroe, con todos mis respetos.
PD: ¿Y digo yo, para esto no es mejor entrar en la Policía y hacerlo todo de forma más sensata?
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