viernes, 11 de abril de 2008

El miedo es cuestión de edad

El paralizante temor a las alturas del detective John 'Scottie' Ferguson, personaje principal del clásico 'Vértigo' de Alfred Hitchcock, pudo haber sido muy diferente dependiendo de la edad del intrigante inspector.

La sensación de miedo reside en los genes, pero las cosas que nos atemorizan pueden cambiar a medida que nos hacemos adultos. Así lo asegura un nuevo estudio publicado por la revista 'Archives of General Psychiatry'.

El estudio, realizado por investigadores estadounidenses y suecos, confirma que los factores genéticos que hacen que una persona sea más propensa al temor cambian durante su vida.

Los investigadores rastrearon el desarrollo de 2.490 gemelos, desde los ocho hasta los 20 años, pidiéndoles contestar periódicamente a una serie de preguntas sobre el miedo que les producían 13 fenómenos potencialmente aterradores, como la oscuridad, los relámpagos, las visitas al dentista, las arañas y las alturas.

Durante su niñez, existía una mayor probabilidad de que un gemelo idéntico sintiera temor si su hermano también lo sentía. Los gemelos no idénticos también compartían una tendencia hacia los mismos temores pero en menor proporción, lo que indica que existe un componente genético en la emoción del miedo.

Los factores del miedo

Sin embargo, y a pesar de las evidencias de los efectos genéticos sobre el miedo, los motivos que asustaban a los niños no fueron consistentes a medida que crecieron. Algunos gemelos sentían los mismos miedos a los ocho años, pero no sucedía igual mientras crecían.

Asimismo, los temores que sentían los individuos una vez convertidos en jóvenes adultos no eran los mismos que ellos, o sus gemelos, sintieron durante su adolescencia.

Los genes que contribuyen al sentimiento de temor a diferentes edades aún permanecen desconocidos. Según el equipo de investigadores, el trabajo para identificarlos apenas ha comenzado.

Lo cierto es que los hallazgos de genes que se asocian con cierto tipo de temperamentos se encuentra en su etapa inicial, por lo que la variación en cualquiera de ellos representa un porcentaje muy pequeño de variabilidad en lo que se sabe sobre la conducta humana.

Los científicos establecen que el estudio destaca la importancia de reconocer que los factores que conducen a miedos excesivos o fobias pueden cambiar con el tiempo, lo que quiere decir que podrían tratarse de diferentes maneras de acuerdo a la edad que se tiene.

Fuente: elmundo.es

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