miércoles, 10 de diciembre de 2008

Se confirma la existencia de un agujero negro en el centro de la Vía Láctea

Sagitario A*. Éste es el nombre del agujero negro 'supermasivo' cuya existencia se ha confirmado de forma definitiva en el centro de la Vía Láctea, la galaxia a la que pertence nuestro Sistema Solar. Tras 16 intensos años de trabajo enganchados a un telescopio para observar el cielo, los astrónomos europeos han identificado al esquivo Sagitario A* tras seguir la pista de 28 jóvenes estrellas que orbitaban con una precisión sorpredente en torno a esta región.

Los agujeros negros del Universo son regiones con una fuerza de gravedad tan fuerte que nada puede escapar de ellos. Algunos estudios científicos ya avalaban que la Vía Láctea tiene uno del tipo supermasivo en su centro, que generaría la gravedad suficiente para mantener la unidad de la galaxia. Su masa sería de millones o miles de millones de masas solares o soles como el nuestro. En este caso, esa masa es de cuatro millones.

La confirmación de su existencia es obra del equipo del astrónomo Reinhard Genzel, del Instituto Max Planck de Alemania, que ha trabajado, desde 1992, con los telescopios de largo alcance de la Organización Europea para la Investigación Astronómica en el Hemisferio Austral (ESO). «El centro de la galaxia es un laboratorio único en donde podemos estudiar procesos básicos de la gravedad, las dinámicas estelares y la formación de las estrellas», ha señalado Genzel.

El astrónomo español Alfonso López Aguirre, del Instituto Astrofísico de Canarias, confirma la importancia de este exhaustivo estudio: «Es muy importante porque se sabía que había un agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia, pero aquí han determinado con gran finura la masa que tiene, algo que no se había logrado hasta ahora».

Para ello, los astrónomos utilizaron ondas de rayos infrarrojos que evitaban el polvo estelar que bloquea la vista de esa zona central. Durante años, fueron tomando puntos de referencia de la órbita de las 28 estrellas, que se mueven más rápido por estar cerca del agujero negro. «Han podido estudiar la órbita completa de una de ellas que tarda 16 años en recorrerla y de ese modo pueden definir la materia que siente cada estrella, que es la que tiene el agujero negro», explica López Aguirre.

«Las órbitas estelares demuestran que la concentración total en el centro de cuatro millones de masas solares debe ser un agujero negro, más allá de cualquier duda razonable», confirma Genzel. Además, las mediciones permiten saber que la Tierra se encuentra a 27.000 años luz del centro de la Vïa Láctea.

A lo largo de todos estos años de estudio, el equipo fue cambiando los instrumentos que utilizaba en sus mediciones y observaciones, a medida que éstos mejoraban. Comenzaron utilizando la cámara SHARP, del telescopio del observatorio de La Silla (Chile). Después se sirvieron del Telescopio VLT de largo alcance, también de la ESO. Los últimos avances tecnológicos les han permitido una precisión asombrosa: podrían ver una moneda de euro a 10.000 kilómetros de distancia.

Fue así como observaron que seis de las 28 estrellas orbitaban el agujero negro en un disco, algo que sólo se suponía por datos estadísticos. Aún así, aún no hay una explicación al hecho de que estas estrellas, que son jóvenes, están tan cerca del Sagitario A* , donde la fuerza del propio agujero negro habría impedido que formaran sus órbitas.

Dar respuesta a esta pregunta es uno de los muchos retos que los astrónomos tienen por delante. Su siguiente paso, según el investigador Frank Eisenhauer, es combinar la luz de cuatro telescopios de largo alcance, una técnica conocida como interferometría, lo que mejorará la extactitud de las observaciones de 10 a 100 veces respecto a las actuales. Si es así, la ciencia estará más cerca de probar la Teoría General de la Relatividad de Einstein.

Imagen captado por el VLT (Very Large Telescope) del centro de la Vía Láctea,

donde se encuentra el agujero negro.

Fuente: elmundo.es


No hay comentarios:

Publicar un comentario