El Telescopio Espacial Spitzer (SST por sus siglas en inglés) es un observatorio de infrarrojos que fue lanzado el 25 de agosto de 2003 desde el Centro Espacial Kennedy y que mantiene una órbita heliocéntrica que lo va alejando de la Tierra unos 15 millones de kilómetros por año.
Antes de que buena parte de sus instrumentos dejasen de funcionar en agosto del año pasado después que el helio líquido que utilizaba como refrigerante se agotara, tuvo tiempo de detectar una colisión ocurrida alrededor de una estrella joven llamada HD 172555 situada a 95,3 años luz de nuestro planeta.
Concretamente, Spitzer detectó escombros así como evidencias de rocas vaporizadas y fundidas, las primeras en forma de gas de monóxido de silicio y las segundas convertidas en obsidiana. Análisis posteriores determinaron que procedían de un gran impacto ocurrido entre 2 cuerpos celestes, uno del tamaño de Mercurio y el otro de la Luna, que chocaron a una velocidad relativa el uno del otro de al menos 10 kilómetros por segundo.
Tras la colisión, las ondas de choque que se formaron viajaron a lo largo del planeta más grande y proyectaron gigantescas porciones de su capas exteriores al espacio. Peor le fue al más pequeño, cuyo núcleo y buena parte de su superficie pasaron a formar parte del otro cuerpo.
A partir de estos datos, los científicos de la NASA han creado un vídeo en el que reflejan lo que sucedió (si queréis contemplarlo a una mayor resolución, haced click en este enlace):
Fuente: Abadía Digital
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