Plasmar con ese grado de detalle el universo onírico de Hayao Miyazaki bloque a bloque es una tarea colosal, titánica, de una dificultad abrumadora y que precisa de una disciplina y conocimientos sobre el tema casi infinitos.
Si Minecraft tuviera final, este japonés sería el ganador. Sin lugar a dudas.
Fuente: Abadía Digital
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