Rosat un satélite alemán obsoleto, fuera de servicio desde 1999
pero aún en órbita, se dirige hacia la Tierra donde caerá en algún
momento del fin de semana, en un lugar indeterminado. Según los expertos
este satélite tiene más posibilidades de golpear a alguien que el
satélite de la NASA que cayó hace un mes sobre el Pacífico.
El Centro aeroespacial alemán,
que se encargó de la construcción del aparato, cree que las
posibilidades de que alguien resulte herido por algunos de los
fragmentos del satélite es de 1 entre 2.000, mientras que para el satélite UARS, que cayó hace un mes, eran de 1 entre 3.200.
En principio, está previsto que el ROSAT se precipite
descontroladamente sobre la Tierra a primera hora del domingo, pero las
estimaciones no son muy precisas, y dependen de las oscilaciones en la
radiación solar, por lo que podría ser que el aparato se adelantara o
retrasara en su caída.
Sin embargo, definir el lugar exacto del impacto es más complicado, principalmente por la elevada velocidad del Rosat -una vuelta completa a la Tierra dura sólo 90 minutos-, así como por la rotación de nuestro planeta sobre su propio eje, señaló Andreas Schütz, portavoz del DLR, con sede en Colonia.
Por el momento, los expertos tan sólo pueden precisar que el Rosat caerá sobre la Tierra entre los 53 grados de latitud norte y los 53 grados de latitud sur.
Durante su misión, entre 1990 y 1999, el Rosat, de casi 2,5 toneladas de peso,
giró alrededor de la Tierra en un una órbita elíptica a una distancia
de entre 585 y 565 kilómetros de la superficie terrestre.
Desde que fue puesto fuera de servicio, el satélite alemán pierde altura
continuamente debido a la fricción con la atmósfera terrestre, de
manera que a principios de septiembre pasado la distancia con la Tierra
se había reducido hasta unos 290 kilómetros y actualmente, según Schütz,
es de 240 kilómetros.
Cuando el Rosat ingrese en la atmósfera a una velocidad de 28.000 kilómetros por hora, el satélite se romperá en pedazos y la mayor parte se desintegrará debido al extremo calor generado por el rozamiento.
Sin embargo, los últimos análisis señalan que hasta 30 pedazos con una masa total de 1,7 toneladas -principalmente restos del espejo del telescopio, muy resistente al calor- podrían precipitarse sobre la superficie terrestre.
El fragmento más pesado podría pesar hasta 1,6 toneladas, según los expertos.
Fuente: 20 Minutos
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