Los documentos revelan que el Ejército británico se tomó muy en serio los avistamientos y los investigó con una impecable minuciosidad. Probablemente más pensando en los rusos que en los extraterrestres, como confiesa hoy en 'The Times' Nick Pope, responsable de ufología militar entre 1991 y 1994.
Una desclasificación similar emprendida el año pasado por el Gobierno francés desencadenó una avalancha de 220.000 usuarios durante el primer día que colapsó el servidorde la agencia espacial francesa. Esta vez el Reino Unido parece haberse cubierto las espaldas y ha contratado capacidad extra con una compañía externa para hacer frente al volumen de visitantes.
Es enternecedor rastrear la vocación del Ejército británico por aclarar cada uno de los incidentes extraterrestres. Uno de los expedientes que ahora salen a la luz tiene por ejemplo la friolera de 450 páginas y todos ellos comprenden un periodo (1978-1987) en el que EEUU ya había cerrado la discusión en torno a los alienígenas.
Para el Ministerio de Defensa británico, se trataba pues de no dejar ningún resquicio a la duda de que el espacio aéreo británico se hubiera convertido desde la II Guerra Mundial en la casa de tócame Roque. Sólo así se explica que se atendieran y revisaran demandas francamente alucinógenas.
Hubo por ejemplo un tipo de 77 años que llamó en 1983 diciendo que estaba pescando cuando se puso en contacto con unos extraterrestres con trajes verdes, cascos y visores negros que sobrevolaban la zona –cómo no- en un platillo volante. Según su abracadabrante testimonio, le dijeron: "Puedes irte. Eres demasiado viejo y demasiado débil para nuestros propósitos".
En 1985, otro ciudadano llamó todo angustiado diciendo que había estado en bases alienígenas en Wirral y Cheshire. Dijo también que había tratado de auspiciar un encuentro entre el Gobierno y un extraterrestre llamado Algar pero que éste había sido asesinado por sus congéneres antes de que acaeciera la cumbre interestelar.
Pero no todos los relatos son del mismo jaez. Hay algunos creíbles. O por lo menos mosqueantes. Está por ejemplo el de tres policías de Woking, que vieron una luz blanca bajando en el área de Horsell. Al parecer, los agentes estaban preocupados de que nadie creyera su informe, pero los documentos de Defensa hacen un recuento inquietante: "Informe genuino. Agentes competentes un poco incómodos".
Otro policía –esta vez en el suburbio londinense de Edgware- contó cómo vio "una luz brillante en el cielo azul, blanca, verde y rosa" y luego una "bola blanca y cegadora" que hizo que las mujeres del barrio salieran corriendo rumbo a sus casas.
El Roswell británico
Los archivos que hoy salen a la luz incluyen el legendario incidente del bosque de Rendlesham, conocido en algunos círculos como el Roswell británico, en referencia al célebre incidente ufológico de EEUU. Los documentos dejan la puerta abierta a una interpretación en clave extraterrestre señalando que el cuidado con que el coronel Holt redactó aquel informe son la prueba de "la importancia en términos de defensa que es necesario concederle a este incidente".
A la luz de lo publicado, los ufólogos tienen material más que de sobra para el análisis, pero el Ministerio de Defensa no parece por la labor de dar pábulo a las teorías más peregrinas.
En una nota de 1979 revelada también ahora, hay una frase lapidaria: "El Gobierno de Su Majestad nunca ha recibido la visita del espacio exterior". He aquí la clave: el espléndido aislamiento, que el Reino Unido defiende con celo y tesón desde la noche de los tiempos. Si no pudieron los nazis, ¿por qué iban a haber pisado suelo británico los extraterrestres?
Ovnis avistados en Sheffield, Gran Bretaña,
en los años 60.
Fuente: elmundo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario