Hace muchísimo tiempo en la casa Matusita vivía un señor muy atroz, con él vivían sus dos sirvientes: la cocinera y el mayordomo. El señor abusaba de la bondad de estos sirvientes, los maltrataba, los insultaba..., después de mucho tiempo aguantando sus alevosías, los sirvientes completamente llenos de odio, deciden envenenar al señor. El señor tenía reciente una cena con invitados muy allegados, es ahí cuando los sirvientes deciden hacer una sabrosa sopa la cual llevaría a todos los invitados incluído al señor a la extrema locura.
Cuando todos estaban sentados en la mesa, la cocinera ya había servido los platos con el líquido alucinógeno, a continuación, el mayordomo sirvió la cena y al salir del salón cerró bien la puerta.
Pasados unos 15 minutos, tiempo el cual ya habría hecho efecto el veneno, empezaron a escuchar gritos, insultos, objetos que se rompían, murmullos y personas completamente aterradas. Después de un largo escándalo, vino un silencio sepulcral. Los sirvientes pensando que ya todo estaba más calmado decidieron abrir la puerta del comedor, y para su sorpresa, al abrir la puerta vieron el más macabro panorama: miraban a su alrededor y veían sangre, pedazos de cuerpo, ojos, manos, órganos internos, charcos de sangre, algunas caras de los invitados mostraban terror, otras odio, cabezas cortadas, era tan feo lo que veían que los mismos sirvientes se volvieron locos y se mataron en el mismo salón donde estaban el dueño y sus invitados.
Se dice que desde ese suceso cerca de la casa se escuchan conversaciones, gritos, amenazas, tal cual pasó la noche de la masacre, y toda persona que ahí se acerca se vuelve loca reviviendo en directo los sucesos de aquella noche.
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