Por US$250.000 uno esperaría que un reloj de la hora y hasta sepa cocinar, pero al Opus Eleven de Harry Winson se lo puedo perdonar por su exquisito mecanismo para cumplir la única y básica función que debe hacer.
Cada hora el reloj "explota" y se reorganiza para decir la hora exacta. Consta de tres brazos con engranaje epicicloidal; una alta complejidad para que 24 placas giren y se crucen entre ellas sincronizadamente y conformar en el centro la hora. Otros dos niveles periféricos muestran los minutos transcurridos.
Junto con el trabajo de ingeniería y su arquitectura, lo que dispara por la estratósfera su precio es que es de oro blanco con cristales de zafiro. Eso, sumado a que se trata de una edición limitada de sólo 111 ejemplares, hace que de seguro todos nosotros nos tengamos que conformar sólo con verlo en imágenes.
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